
Lo que a simple viste parece ser una botella de agua mineral se tranforma en una agua aromatizada con hierbas. Las hierbas vienen en un envoltorio aparte.
Sepadas del agua e invitan al consumidor a introducirlas en la botella y deleitarse viendo como la transparencia adquiere color.
Podemos optar por comprar el agua ya saborizada, oculta detrás de las etiquetas que dicen qué es lo que tenemos entre manos.
O podemos adquirir esta botella que requiere de nuestra participación para transformarse en algo más, y a cambio nos entrega el pequeño placer de verla cambiar de color.
Fuente: pigmag