Observamos una tendencia en el mundo del packaging hacia una estética manual, a veces, casi infantil. No es casualidad, expertos en marketing aseguran que es una manera eficaz de comunicar los valores del producto de forma cercana y amigable al consumidor. Acrecienta en muchos casos la confianza hacia la marca, y es además una buena estrategia para abrirse a targets más jóvenes. Aquí podemos observar algunos ejemplos de productos que incorporan a través de la tipografía, los colores o la ilustración elementos aparentemente hechos a mano.









