Seguramente, si os preguntáramos a qué marca pertenece cada producto de la imagen superior, la mayoría seríais capaces de identificarlas todas.
La identidad de una marca no es sólo su diseño gráfico, sino también su diseño estructural.
Si fuéramos a un país que no usara los caracteres latinos en su escritura, rápidamente identificariamos una botella de Coca-Cola o Absolut sin ser capaces de entender la etiqueta; incluso si nos encontráramos con un Porsche 911 sin ninguna clase de logo sabríamos que se trata de un Porsche.
Todavía hoy en día existen gamas de productos que comparten el envase entre todas las marcas, la única forma de diferenciarse es con la gráfica pero ¿porqué hacerlo sólo con esto cuando puedes diferenciarte con todo el conjunto?
Las formas expresan tanto o más que la gráfica. La creación de diseños únicos sostenibles, rentables y atractivos supone siempre un reto para cualquier proyecto.
La identidad estructural de un producto es algo que se crea, y es el tiempo el que dice si pasa a formar parte de nuestra memoria colectiva o no. Para conseguirlo es necesario trabajar el diseño estructural, el branding… como un todo, un Diseño de Packaging 360º
